Un bar lleno de vida

Un bar lleno de vida

10 de Septiembre- 12:45. Aeropuerto de Madrid. Fue un día memorable que nunca podré olvidar.

Estaba a punto de empezar mi año universitario Erasmus + en Zaragoza. Así me encontraba en un bar en el Aeropuerto de Madrid, esperando a otro autobús que me condujera hasta Zaragoza.

Me sentía rara, un sentimiento extraño. A la vez desorientada y muy entusiasmada.

Sentada en el fondo del bar, estaba mirando afuera, perdida en mis pensamientos efímeros y confundidos.

El bar estaba lleno de gente. Las voces, ruidosas pero lejanas formaban un velo que me aleja de la realidad.

 

De repente, una cara masculina

De repente, una cara masculina enfrente de mí me quito el sueño. “Perdona, ¿puedo sentarme contigo?”

El chico se instaló, y empezábamos a hablar. Él, estudiante madrileño esperando al próximo vuelo por Toulouse, y yo estudiante tolosana esperando al próximo autobús por Zaragoza.

Hablamos como si no conociéramos de antes, hablábamos de muchas cosas, y me sentaba muy cerca de él. Compartimos nuestras vidas durante una tarde entera y fue el tiempo de despedirse.

Salimos del bar y lo miró de reojo. Sabía que este bar quedará familiar y seguramente relacionado con el recuerdo de este chico.

En el momento de salir, nos miramos y sin decir nada, me atrae a él y me abrazó.

Estaba desbordante de sentimientos que no hubiera podido explicar. Me acompañó al autobús y nos miramos hasta que no fuera más posible.

Encontramos personas que marcan nuestras vidas, en lugares particulares, y eso es el encanto de la vida. Como un vuelo rápido, efímero e intenso, este encuentro fue único.

Ahora, cuando paso por el aeropuerto de Madrid, paso por este bar y me recuerdo este encuentro, esta tarde y pienso en él con una sonrisa de oreja a oreja.

Relato presentado a concurso.

Autora: Manon Larroque

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